Recientemente, a uno de mis pacientes le propuse el siguiente ejercicio:
Imagínate que he borrado de mi memoria todo lo que sé de ti, dime ahora, ¿quién eres?”
Él, tras quedarse un poco asombrado por este juego, me comentó:
Soy Juan Gómez, tengo 47 años, estoy casado desde hace 15 y tengo un niño de 12 años. Tengo un negocio propio de dulces, y vivo en Almoradí”
Evidentemente, Juan Gómez no es como se llama mi paciente, Juan Gómez puede ser la representación de cada uno de nosotros. Lo que me dijo Juan Gómez en la sesión, es lo que hubiéramos dicho, muy probablemente cada uno de nosotros, pero no sólo en la consulta de un psicólogo, si no en cualquier otra circunstancia en la que nos hubieran preguntado quienes somos.
Sin embargo, yo a mi paciente le dije que no le preguntaba por su identidad. Sí, si os dais cuenta, los datos que me proporcionó Juan eran relativos a su identidad, pero, esta identidad ¿es quien realmente somos? Evidentemente, el juego que le propuse a Juan no era para conocer su identidad.
Cuando conocemos a una persona, lo primero que hacemos es fijarnos en su exterior. Nuestros ojos captan el cuerpo de esa persona, la apariencia física que tiene. Si es robusto o no, su estatura, color de ojos, pelo…. Sin embargo, para ver nuestro cuerpo, para conocer nuestra apariencia externa, debemos mirarnos en un espejo.
Es algo curioso ¿no? De las demás personas lo primero que percibimos es su exterior, sin embargo, de nosotros no. De nosotros, lo primero que percibimos, es nuestro mundo interior.
En todos nosotros, hay un dentro y un fuera, y lo que yo le preguntaba a Juan, no era su identidad, lo que yo quería de Juan era que reflexionara sobre su mundo interior, sobre lo que realmente es. Esa interioridad por la que yo le preguntaba a Juan, hace referencia a lo que había vivido hasta la fecha, lo que había experimentado, y que pone de manifiesto en su forma de ser, de sentir, sus valores, etc.
Lo que realmente hay en nuestro interior, es lo que realmente somos. No es lo que ven los demás, es, lo que vemos nosotros cada mañana cuando nos despertamos. Y tu ¿sabes quién eres?, ¿qué ves cada mañana cuando te levantas?