Comúnmente, al trastorno por erección se le ha conocido como impotencia. Sin embargo, este término conlleva unas connotaciones muy negativas, puesto que no sólo hace referencia a los problemas de erección, si no a problemáticas relacionadas con la eyaculación precoz, o incluso, con la no eyaculación. Por eso, hoy en día, se ha pasado a denominar a la «impotencia», como trastorno de erección o disfunción erectil.
Pero, ¿qué es el trastorno de erección o disfunción eréctil? Se considera que existe disfunción eréctil, cuando se presenta una incapacidad persistente de obtener y/o mantener una erección suficiente para llevar a cabo una relación sexual satisfactoria.
El trastorno por erección, es, sin lugar a dudas, la disfunción sexual más frecuente entre los hombres. Estudios recientes muestran que aproximadamente la mitad de los hombres de más de 40 años de edad sufre de disfunción eréctil, y de acuerdo a ciertas proyecciones estadísticas, en el año 2025 habrá más de 300.000.000 de hombres en el mundo con disfunción eréctil. En definitiva, podemos decir que hasta un total del 50% de la población masculina, puede experiementar, en algún momento de su vida, episodios de disfunción erectiva, al menos de forma transitoria.
Hay una gran variabilidad entre los hombres, a la hora de considerar si se padece una disfunción eréctil o no. Por ejemplo, hay varones para los que es necesario realizar el coito en todas y cada una de las ocasiones en las que se mantienen relaciones sexuales, por el contrario, hay otros hombres con la misma dificultad, pero que no consideran que tengan un problema, puesto que como hemos dicho anteriormente, la mayoría de los hombres, han tenido, en algún momento de su vida, bien dificultad para tener una erección, bien para mantenerla.
En ABAD Psicología, centro de psicología y sexología especializado en Oribuela y la comarca de la Vega Baja, aplicamos un tratamiento en dos fases, una primera educativa, en la que explicamos al paciente la fisiología de la erección, y como los conflictos emocionales e inconscientes, pueden afectar al proceso erectivo.
En una segunda fase, abordamos el tratamiento con varios recursos y ejercicios.
Entre estos ejercicios se encuentra la focalización sensorial, una forma de que el paciente suprima gran parte de las ansiedades que padece.
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