En la relación de pareja, si uno o ambos miembros no están en sintonía con sus intereses, necesidades, deseos; no comparten los planes futuros, los objetivos, valores, y existe un gran divergencia entre las preferencias y actitudes sexuales, será muy difícil mantener una relación sana, en la que exista respeto y un amplio compromiso por ambas partes.
El conocimiento de uno mismo, y al mismo tiempo, de la pareja, ayuda a ambos a comunicar quiénes son y lo que quieren en esa relación. De lo contrario, el desconocimiento de las inquietudes, deseo, y el no compartir dichos elementos elementos, generará problemas en la relación, llevando a ésta a un posible abismo de convivencia.