La pasada semana publiqué un artículo, Lo extraordinario de la felicidad, en el que os comentaba cómo debemos abordar ciertos aspectos para no percibir la felicidad como algo extraordinario.
Hoy os quiero hablar de una rama de la psicología que seguramente sea desconocida para la gran mayoría de vosotros, la psicología positiva.
¿Pero es que hay una psicología negativa?
Durante muchos años, la psicología ha centrado su objeto de estudio en las patologías de la mente y los cambios de conducta desadaptativa. Se nos olvidó centraros en estudiar o abordar la forma de potenciar las capacidades de las personas o de desarrollar emociones positivas.
No es que exista una psicología positiva y una negativa, pero sí que es cierto que, para una gran parte de la población, la psicología tenía connotaciones negativas (ya que estaba relacionado con lo que va mal en la vida, de los miedos profundos de cada uno o de problemas o trastornos que preferías no sacar a la luz). La pasada semana, comiendo con un primo mío, bromeaba sobre este aspecto, me recordaba un monólogo de Ernesto Sevilla de hace unos años en el que decía que había que tenido que ir a un psicólogo para superar la ruptura con la novia, seguía diciendo que, en España, si vas al psicólogo, la gente te mira como diciendo, ¿qué pasa, que no hay nadie al volante eh? (os dejo el vídeo para que lo veáis).
Desde esta perspectiva que con mucho humor desarrolla Ernesto Sevilla, “todos” damos por sentado que la psicología sólo se centra en las patologías, trastornos y disfunciones, de ahí esa perspectiva negativa que tenemos de la psicología, esa percepción de que la psicología se centra en un ámbito negativo de la vida. Es primordial, que la psicología siga tratando los problemas y dificultades humanas de una manera científica… pero eso es solo una parte de la historia.
Entonces, ¿hay una psicología positiva?
Con rotundidad, sí. Durante muchos años, los psicólogos, hemos prestado escasa atención a las circunstancias y estrategias por medio de las cuales la gente alcanza la felicidad. Sin embargo, desde hace años, este concepto ha cambiado, nos hemos puesto manos a la obra para analizar, desde un punto de vista científico, las estrategias que pueden aplicarse para tener la mejor vida posible.
Como os indicaba en mi artículo de la pasada semana, habitualmente, la gran mayoría de las personas dan por sentado que sentirse feliz o ser positivo es tan solo el resultado de no estar pasando por un momento malo o triste, que la felicidad, la satisfacción y la alegría son emociones más bien efímeras que aparecen cuando menos las esperamos y escapan a nuestro control consciente. Os demostré en ese artículo que eso era un error.
La psicología positiva centra su atención en lo que hace falta para tener una buena vida, una vida que merezca la pena y se viva con plenitud, y algunos aspectos que contribuye a ello son los siguientes:
- Tener más emociones positivas que negativas.
- Participar en actividades
- Encontrar satisfacción en la vida y en el trabajo.
- Potenciar las virtudes
- Descubrir las propias fortalezas y capacidades y utilizarlos activamente.
- Encontrar un sentido a la vida
- Contribuir al bien de la sociedad
- Fomentar una vida familiar positiva.
- Crear una buena vida laboral.
En los próximos artículos, iremos descubriendo juntos herramientas y técnicas que nos permitan alcanzar esa felicidad que parece que tanto nos cuesta.
Por cierto, si queréis un libro para iniciaros en el mundo de la psicología positiva, en este enlace, os recomiendo uno muy básico, si os decidís, disfrutadlo.
Como siempre, un saludo a tod@s