Sí, lo admito, soy un nostálgico ochentero. Mi infancia ha trascurrido por esa década y ha dejado mucha huella en mí. Hasta tal punto que para empezar la entrada de hoy, me acuerdo de una serie de dibujos animados de aquellos años, He-Man. Los que no hayáis vivido esa época, o no fuerais asiduos a la animación de aquellos días, os contaré brevemente quien era He-Man. Bueno, ese es su nombre de héroe. Su verdadero nombre es príncipe Adam, quien se convierte en He-Man cuando levanta la espada y grita en alto, ¡Por el poder de Grayskull!, ¡Yo tengo el poder! (se me acaban de poner los pelos como escarpias al recordarlo).
En ese momento, salen truenos por todas partes y el príncipe Adam se convierte en He-Man, el hombre más poderoso del universo.
Unos añitos después, hay un episodio de Los Simpsons en las que el travieso Burt grita esa misma frase, ¡Yo tengo el poder!, la utiliza para quitarle a su padre un cubo que contenía cola y le cayó en la cabeza. ¿Recordáis el episodio?
Os preguntaréis, ¿Qué tiene esto que ver?, ¿qué nos quieres decir con lo del poder?
Yo tengo el poder
Donde quiero llevaros es a ser consciente del potencial de esa frase, ¡Yo tengo el poder!. Sí, tenemos el poder, tenemos el poder de elegir, de escoger la forma en la que hablamos, de seleccionar la manera en la que vemos las cosas y nos las decimos a nosotros mismos, y eso, es un gran poder. Te lo demostraré.
Cuántas veces te has pillado diciéndote a ti mismo cosas como, ¡que tonto soy!, ¡soy un inútil!, ¡no podré hacer esto!, ¡todo me pasa a mí!…Seguro que son innumerables.
Las cosas que nos decimos a nosotros mismos, tienen un gran impacto en cómo nos sentimos. Nuestro lenguaje (verbal y cognitivo), tiene un gran efecto en nuestras emociones.
Te propongo el siguiente ejercicio
El siguiente ejercicio, que puedes descargar, ampliado, en este enlace, es muy representativo de lo que te quiero hacer llegar
Repite, lentamente, las siguientes palabras
Triste | Aburrido |
Indefenso | Derrotado |
Perdido | Cansado |
Vale, ahora, lee las siguientes frases en voz alta
La vida es muy dura. | Se han olvidado de mí. |
Nada parece ir como yo quiero. | Los tiempos son difíciles. |
No tengo a nadie con quien contar. | Nada parece ayudar. |
No hay esperanza. | Las cosas no van a mejorar. |
Tómate unos instantes y date cuenta de lo que estás pensando y sintiendo ahora mismo, mejor si lo apuntas en un papel. Muy posiblemente te haya abordado un sentimiento de tristeza, de desilusión o desesperanza y tus pensamientos estén relacionados con momentos que hayan tenido una carga emocional negativa para ti. Sólo con haber leído estas palabras y frases, afecta a cómo te sientes.
Ahora, lee lentamente, y en voz alta, las siguientes palabras:
Emocionante | Alegría |
Divertido | Oportunidad |
Risa | Atractivo |
Y ahora, lee las siguientes frases:
- La vida es preciosa
- Hay tanto que puedo lograr
- Tengo mucha energía
- Hay tanto que ver y experimentar
- Cuando pienso en el futuro, me emociono
Ahora, ¿cómo te sientes? Probablemente, te encuentres con una emoción diferente a la anterior, te encontrarás con entusiasmo, alegre, con ganas de hacer cosas y tus pensamientos serán totalmente distintos de la parte anterior del ejercicio.
Lo único que hemos hecho ha sido modular nuestro lenguaje. Sólo, eligiendo la manera de hablar a los demás y hablarnos a nosotros mismos, puede cambiar como me siento. Por eso, ¡Yo tengo el poder! Como decía He-Man.
La archiconocida botella
Vamos a profundizar un poco más, veamos otro ejemplo muy común
Imaginemos la botella que ves al lado de estas líneas. Supongamos que su capacidad es de 1 litro, pero sólo contiene 500 ml, es decir, ½ litro.
Sí, voy a caer en lo evidente y te preguntaré ¿cómo dirías que está la botella?
Podemos decir que la botella está medio vacía o, por el contrario, que la botella está medio llena.
La única realidad es que, la botella, está a la mitad. Eso es lo que denominamos un hecho, algo indiscutible. Por decirlo de otro modo, algo concreto y que todos o casi todos, llegarán a la misma determinación. Si la botella tiene una capacidad de 1 litro, y en este momento, contiene 500 ml, la botella está a la mitad.
Por el contrario, cuando declaramos que la botella está medio llena o la botella está medio vacía, estamos dándole un contenido adicional, lo convertimos en opinión (idea que tenemos acerca de algo y que depende exclusivamente de nosotros).
Si tengo que expresar cómo está la botella, ¿no es mejor declarar el hecho o una opinión positiva? Es decir, para el caso de la botella, las verbalizaciones que nos ayudarán será la botella está a la mitad (hecho), o la botella está medio llena (opinión con connotaciones positivas)
De esta forma, y volviendo al ejercicio que hemos hecho más arriba, en el que has tenido que leer unas palabras y frases, conseguimos modular nuestras reacciones emocionales.
Un último ejemplo, imagina que te vas de viaje seis días, un viaje que has esperado mucho y ya han trascurrido tres días en las que te lo has pasado en grande. Estás a la mitad del viaje. Decir, aún me quedan tres días es totalmente diferente, en el aspecto emocional, a decir, ya han pasado tres días. Las connotaciones emocionales son diferentes, aún me quedan tres días, cuando me lo estoy pasando muy bien, tiene un significado positivo, me estoy diciendo a mí mismo que voy a disfrutar tres días más y me lo voy a pasar genial. Sin embargo, decir ya han pasado tres días, ante la misma situación de que me lo estoy pasando en grande, tiene un significado diferente, me estoy diciendo, qué lástima, esto se acaba, pronto volveré a la rutina de siempre.
Tu eliges
Parémonos un momento, puestos a decir algo sobre una situación o acontecimiento, ¿por qué no usar el poder de He-Man y elegir lo que tenga un efecto emocional neutro o positivo para nosotros?
Recuerda, tu tienes el poder, elige la forma de decirlo y puede ser que cambie tu forma de sentirlo.
Como siempre, un saludo a tod@s
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